Cada sorpresa, planeada con emoción
termina embarrada en la calle.
Como si arrollaras un sandía;
todas las semillas pierden orden natural.
Esta sorpresa, que tramé con emoción
terminó azotada en tu banqueta,
junto con mi platónica intención.
Ahora sólo me queda mirarla,
cabizbaja.
termina embarrada en la calle.
Como si arrollaras un sandía;
todas las semillas pierden orden natural.
Esta sorpresa, que tramé con emoción
terminó azotada en tu banqueta,
junto con mi platónica intención.
Ahora sólo me queda mirarla,
cabizbaja.
Entre más intentos tengas de arruinar las cosas, mejor te irá.
Catriela Soleri
martes, agosto 07, 2007 12:46:00 p.m.